ADICCIONES: Alcohol – 1

ALCOHOL Y DEPENDENCIA

Entre las drogas clasificadas como depresoras del sistema nervioso central, se encuentran las bebidas alcohólicas. El alcohol es una sustancia que se halla en las bebidas fermentadas como el vino, la cerveza, la sidra y otras, o en las destiladas como el aguardiente, el ron, el coñac, la ginebra, el whisky, etc.

El alcoholismo es una enfermedad condicionada por la exposición continuada del cuerpo al alcohol. Está caracterizada por el deseo insaciable de beber dicha sustancia, pérdida de control para no seguir bebiendo después que se comienza, dependencia física o aparición de síntomas después de la abstinencia, y tolerancia o necesidad de aumentar la cantidad de alcohol ingerida. Muchas veces las actividades de la persona giran en torno a la sustancia; es posible que dedique mucho tiempo a conseguirla, tomarla y recuperarse de sus efectos. Y a pesar de que vea las consecuencias, tanto físicas como psicológicas que le provoca el consumo, continúa consumiéndola.

Existe una enzima en el cuerpo encargada de destruir el alcohol, llamada aldehido deshidrogenasa, pero no todas las personas las poseen por igual. En el hombre la podemos encontrar en dos lugares, primero en la mucosa del estómago y luego en el hígado, en cambio la mujer sólo tiene esta enzima en el hígado, no posee en el estómago o, en todo caso, se encuentra en un porcentaje 80 veces menor. Un hombre puede llegar a absorber el 25% del alcohol que consume en el estómago, mientras que la mujer no, por eso es menos resistente a sus efectos. Una vez en el hígado el alcohol se metaboliza, generando otras sustancias también tóxicas para el organismo.

Todo el alcohol que el hígado no es capaz de absorber pasa a la sangre (alcoholemia) y de allí va directamente al cerebro, afectando al sistema nervioso central. Existen algunos casos extraños en que la persona no posee la deshidrogenasa en su cuerpo, son aquellos individuos a los que el alcohol les sienta mal, produciendo náuseas, diarreas, calor, ruborización, etc. por lo que no lo pueden tomar.

Una persona, tras un año de tomar alcohol en grandes cantidades ya presenta dependencia psíquica y física.

– Efectos del consumo:

Con un consumo moderado los principales efectos son la sensación de relajación, de liberación y aumento de confianza en uno mismo, locuacidad, disminución de la atención y euforia. Conforme se va aumentando la cantidad todos estos síntomas se acentúan negativamente, adoptando un habla incongruente, falta de coordinación de movimientos y del equilibrio, pérdida de reflejos e incluso del conocimiento, llegando a producir una intoxicación o estado de embriaguez, con agitación, diplopia (ver doble) y riesgo de paro respiratorio.

-Patologías asociadas al alcoholismo:

Las características iniciales de esta enfermedad son la falta de apetito, trastornos del sueño, hipertensión, anemia, impotencia sexual, temblor de manos, diarreas, etc.

A largo plazo produce diferentes patologías asociadas como son la gastritis, úlceras gastrointestinales, trastornos hepáticos (hepatitis y cirrosis), el 80% de todas las pancreatitis crónicas y casi todas las agudas. También provoca un déficit de vitamina B1 y afecta al mecanismo de fabricación de hematíes, sobretodo de linfocitos, por lo que los adictos suelen padecer más enfermedades infecciosas. Esta lista se engrosa con las alteraciones cardiovasculares, las neurológicas, demencias y psicosis alcohólicas.

FUENTE: Todo sobre drogas: Alcohol

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