La Neuropsicología consiste en el estudio de las consecuencias en el comportamiento y en las funciones cognitivas de una disfunción cerebral. Esta disciplina presenta dos intereses principales: un interés científico, a través de su contribución a la comprensión de la organización anatomo-funcional de las funciones cognitivas y de los comportamientos, y un interés clínico, a través de su contribución a la identificación de las repercusiones de una disfunción cerebral en el comportamiento y en el funcionamiento cognitivo.
La evaluación neuropsicológica consiste en la detección y cuantificación de la disfunción cognitiva, conductual y emocional causada por anormalidades en la estructura o función cerebral de un sujeto. La evaluación neuropsicológica se basa en múltiples fuentes de datos: el reporte del propio paciente, la entrevista clínica, la observación del comportamiento del paciente durante el examen y los tests neuropsicológicos. Estos últimos constituyen la principal herramienta cuantitativa y cualitativa del neuropsicólogo.
Los tests neuropsicologícos son herramientas que permiten evaluar cuantitativa y cualitativamente las funciones cognitivas e intelectuales y el comportamiento de un sujeto y comparar su rendimiento en el test con el de un grupo de sujetos sanos (“normales”) de similar edad y nivel educacional. Es altamente deseable que los tests utilizados tengan dos cualidades:
– Que sean validados, es decir, que se haya demostrado que el test mide realmente la función en estudio y que sus resultados reflejan las reales capacidades del paciente y no están influidas por el examinador u otras variables externas al paciente.
– Que sean estandarizados, es decir, que se conozca los rendimientos en el test de poblaciones controles sanas con características demográficas similares a las de los pacientes evaluados, valores conocidos como “normas” del test.
De esta manera, la aplicación de tests validados y estandarizados facilita la interpretación y comparación de los resultados obtenidos.