TIRANOS y PSICOPATÍAS – 1

Tengo el honor de recomendar, que no será el único, un libro sumamente interesante, «EL PEQUEÑO DICTADOR CRECE. Padres e hijos en conflicto», publicado en abril de 2015.

Cuyo autor es el Dr. D. Javier Urra Portillo (Estella, Navarra, 1957), es doctor en Psicología con la especialidad en Clínica y pedagogo terapeuta. Cursó el doctorado en Ciencias de la Salud. Puso en marcha y trabajó durante ocho años en un centro de educación especial para niños disminuidos psíquicos (APASCOVI. Villalba, Madrid). Ganó las oposiciones del Ministerio de Justicia, inauguró y trabajó en el Centro Piloto Nacional de Reforma con menores muy conflictivos en Cuenca. Desde 1985 trabaja como psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid. Profesor de Ética y Deontología en 5º de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid. Es presidente de la Comisión Deontológica del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica. Es patrono de UNICEF. Fue el primer defensor del Menor en España (1996-2001) y presidente de la Red Europea de Defensores del Menor. Es director de Urrainfancia y es miembro del comité científico de distintas revistas técnicas. Ha publicado entre otros: ¿Qué ocultan los hijos y qué callan los padres? (2008), Mujer creciente, hombre menguante (2007), El arte de educar (2006), El pequeño dictador, cuando los padres son las víctimas (2006), Escuela práctica para padres (2004). Dirige colecciones de libros de Psicología Jurídica y de Psicología Útil. Es colegiado de Honor en Psicología y le concedieron la Cruz de San Raimundo de Peñafort por el Ministerio de Justicia.

-SINOPSIS:

El pequeño dictador ha crecido. Ese hijo tirano al que Javier Urra ya dedicó un libro de gran éxito, que además rompió un tabú y abrió los ojos a una realidad complicada, tiene ahora algunos años más, un poder mayor y un contexto vital muy diferente, entre otras cosas por el auge de las nuevas tecnologías. Las situaciones que entonces se daban como un hecho aislado son hoy alarmantes por su frecuencia. ¿Qué está pasando en nuestra sociedad?

En estas páginas se habla de padres que gritan en silencio e hijos que también sufren; del manejo inadecuado de las emociones que conduce a relaciones destructivas; de lo que se piensa que está bien y está mal, tambaleando cualquier tipo de autoridad; de conductas violentas, falta de tiempo para convivir, mentiras y riesgos…

Sin embargo, defiende el autor, hay esperanza. Si sabemos desterrar el mito de la armonía de la familia, entendemos que la solución ha de provenir de su seno y que el proceso es largo y lleno de incertidumbres, esta obra nos ayudará porque elude los consabidos consejos del «hay que» para explicar el «cómo» lograr el entendimiento mutuo entre padres e hijos.

JUEGO PATOLÓGICO Y ALCOHOL – 1

Como expone el Dr. Antonio Ferrández de la Cruz, en su Tesis Doctoral con el título: «Eficacia de un Tratamiento Psicológico Multicompetente de Aplicación Individual para Jugadores Patológicos de máquinas recreativas con premio». Bajo la dirección del Doctor Francisco J. Labrador Encinas, en la Facultad de Psicología del Departamento de Personalidad, Evolución y Tratamientos Psicológicos I. Universidad Complutense de Madrid.2010.

Así, en relación con:

– Juego y alcohol

Entre el alcohol y el juego existe una importante comorbilidad. Algunos estudios destacan que la incidencia del juego patológico es entre 8 y 10 veces superior en sujetos con abuso o dependencia del alcohol comparados con la población general (Lejoyeux y cols, 2000). Otros investigadores encontraron en una muestra de 50 alcohólicos que acudían al programa de tratamiento ambulatorio de Proyecto Hombre Navarra, que el
32% presenta problemas de juego clínicamente significativos (Landa; Fernández- Montalvo; López-Goñi; Castillo; Lorea, 2005).

En un reciente trabajo, con una muestra formada por 498 sujetos diagnosticados de juego patológico, se observó que el abuso y/o dependencia del alcohol era un factor predictor de la severidad del juego patológico (Jiménez, Granero, Álvarez, Aymamí, Gómez, Bueno, Martínez y Vallejo, 2007).

En muestras de jugadores también se han encontrado tasas importantes de consumo de alcohol y la idea de que practicar más de un juego problema se asocia con el consumo excesivo de alcohol (Aymamí et al., 1999). Estos autores encontraron un
68% de jugadores que refieren consumir alcohol de forma excesiva. En esta línea, Ibáñez et al. (2001) evidenciaron un 33% de problemas de alcohol en una muestra de 69 jugadores patológicos y Dannon et al. (2004) en una muestra de 44 jugadores patológicos observaron una comorbilidad con abuso de alcohol del 21%. Petry et al. (2005) informaban del abuso de alcohol como uno de los trastornos mentales comórbidos con el juego.

En un reciente trabajo (French et al., 2008), no se encontró ninguna asociación entre frecuente consumo de alcohol y juego, aunque esta asociación si aparecía en los participantes que cumplían los criterios de abuso o dependencia de alcohol.

La revisión expuesta pone en evidencia tanto la presencia del juego excesivo en la personas con consumo excesivo de alcohol como la presencia de consumo de alcohol entre el conjunto de jugadores patológicos, que estaría en consonancia con el modelo de influencia que diferentes autores defienden en el que describen cómo el juego puede conducir con facilidad al alcohol y el alcohol al juego (Rodríguez Martos, 1993; Bombín, 1996; Llinares y Lloret, 1999).