ALCOHOL Y JÓVENES – II

Comenzaba en su crónica un artículo, de un conocido y prestigioso Diario de Aragón, el 3 de agosto de 2013, ocupando más de media página, VILLANUEVA DE GÁLLEGO, A VINAZO “LIMPIO”. LA LOCALIDAD ABRIÓ AYER SUS FIESTAS (Las Santas Reliquias, del 2 al 8 de agosto) CON UNA GUERRA DE VINO EN LA QUE LAS PISTOLAS DE AGUA, LAS GARRAFAS Y LAS SULFATADORAS FUERON LAS ARMAS MÁS UTILIZADAS POR MAYORES Y PEQUEÑOS. (¿ASI, SE HACE LA PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS?).

Con una foto en color, de 15 cm. X 12 cm., a pie de foto pone: “Decenas de personas participaron en la primera guerra de vino de Villanueva de Gállego”. (¿ASI, SE HACE LA PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS?).

El Relato empieza así: Pocas fiestas comienzan con una guerra aunque esta vez, las balas fueron sustituidas por litros de vino (ASI, SE HACE LA PREVENCIÓN DE LAS ADICCIONES)… . Los tambores de la batalla fueron sustituidos por la música de la charanga, que amenizó el encuentro con los ritmos más pegadizos. La novedad gustó y muchos (ASI, SE HACE LA PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS) ya esperan con ganas que la contienda se reanude dentro de doce meses (¿ASI, SE AYUDA A LA PREVENCIÓN DE LAS ADICCIONES?).

Armada con una pistola de agua a rebosar de caldo, A. M. Llegó a gastar su munición poco después del inicio de la batalla. “Hemos empleado todas las garrafas que sobraron las fiestas pasadas”, afirmaba. (¿ASI, SE HACE LA PREVENCIÓN DE LAS ADICCIONES?).

La artillería pesada llegó en forma de sulfatadora. “Está cargada de vino y agua. Vamos a por todos”, amenazaba D. L. , miembro de una peña. (¡VIVA LA PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS¡).

Los más pequeños, tampoco quisieron perderse esta oportunidad. (¡VIVA LA PREVENCIÓN DE ADICCIOMES¡). Acompañados por sus padres y protegidos con gafas de bucear, no dudaron en mojar a todo el que pasaba por delante. “Hemos venido toda la familia y la verdad es que no hay palabras. Lo estamos pasando en grande”, admitía A. L., madre de uno de estos niños. (¡VIVA LA PREVENCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS¡).

A mi juicio, ésta manera de banalizar en este caso el alcohol, me parece fuera de lugar. Además, nos “rasgaremos las vestiduras”, cuando tengamos a nuestros adolescentes con comas etílicos, o a nuestros jóvenes aquejados de arritmias, sin cardiopatías previas, en un servicio de Urgencias de un Hospital; y ni que decir cuando sufran una adicción o varias, – politoxicomanía-.

Hago la siguiente reflexión en voz alta: ¿Porqué no nos ponemos a “pensar antes de hablar”, a “pensar antes de comunicar”, a «pensar antes de escribir, etc…?.

Esto lo digo desde mi humildad (aprendo todos los días) y experiencia, por haber trabajado más de 25 años en esta materia.

Psicopatología de la Adolescencia – I

Lo primero que sobresale al acercarse a la adolescencia es el relevante desconocimiento que sucede en casi todo su devenir y acontecer vital. Es la gran desconocida del proceso de desarrollo del ser humano, al menos desde la perspectiva psicopatológica y psicosocial.

De hecho existe un problema de definición de esta etapa del desarrollo. Esta dificultad es tanto mayor cuanto que el observador (profesional de la salud, educadores) no se introduce en la propia organización estructural de esta fase del desarrollo. En general, se entiende por adolescencia una etapa que abarca desde los finales de la infancia hasta la futura adultez, englobando todas las incertidumbres connotativas del crecimiento emocional y social del ser humano. La adolescencia puede tener cualquier duración y la intensidad de los procesos que en ella acontecen es variable en todo su trayecto, pudiendo alcanzar hasta 10 años (desde que se inicia) en nuestras sociedades occidentales contemporáneas. Pero, sobre todo, hay que señalar que se trata de un proceso psicológico y psicosocial vinculado a la pubertad; por ser ésta su índole se trata de un proceso que varía de persona a persona, de familia a familia y de época histórica a época histórica, era, centuria o década en relación con la siguiente. Es una etapa que está sujeta a cambios y modificaciones continuos, llena de dinamismo, mutable en sí misma.

Una segunda característica está representada por el hecho que la adolescencia se constituye en el problema de los problemas. Si la diversidad es simplemente una característica previsible en los asuntos de la adolescencia, también representa una invitación para explorarlos. En efecto, la niña empieza a menstruar y el niño a eyacular, pero son cada niño y cada niña quienes asignan una significación psicológica a estos acontecimientos dramáticos (al menos en ocasiones para ellos/as) y que los adultos/as que los rodean (en ocasiones sólo son gente mayor, parafraseando a El Principito) reaccionan ante esos cambios en su condición de ser meramente fenómenos físicos. Tanto el niño/a como el adulto se esfuerzan por someter una genitalidad emergente a las normas sociales y al orden moral vigentes. La sexualidad y la moralidad maduran de una forma conjunta, todo lo demás se desarrolla a su alrededor. Se aparta al sujeto del mundo (supuestamente) asexuado de la infancia y se le inicia en la sexualidad y la responsabilidad moral adultas. La autorización para funcionar sexualmente como un sujeto adulto se otorga con la única condición de ser iniciado, simultáneamente, en el orden moral imperante.

Para abordar, de forma razonable y sensata, los problemas originados por las dos características enunciadas con anterioridad, es preciso que podamos ser más humildes y pasar, de nuevo, de la connotación a la simple denotación. Los adultos siempre intentamos adjetivar algo y a alguien, ponerlo un juicio moral, por eso frente al temor que podría despertarle la adolescencia que suele oscilar entre la negación lisa y llana (p.ej. mirar a otro lado, trivializar lo que sucede) y la identificación con el agresor adolescente (parecerse al objeto de temor p.e. asumir sus códigos de lenguaje, su forma de vestir, su música). Frente a estos procesos, pensamos que se precisa fundamentar los puntos de vista en «estudios profundos», aceptando que la adolescencia es un mero artefacto social que interactúa con las relaciones existentes entre el «invento» y las necesidades económicas de nuestras sociedades industriales y postindustriales, sobre todo occidentales. De esta suerte los adolescentes son dignos de elogio ya que evidencian las inquietantes discrepancias entre el objetivo manifiesto de proteger a los niños y niñas y la forma solapada en que los adultos imitan a Herodes.

LA INCAPACIDAD – I

El concepto de incapacidad es con frecuencia atribuido en exclusiva al ámbito de la Seguridad Social. Sin embargo, tiene asidua presencia en otros muchos campos (el ámbito de los seguros privados, la Incapacidad Civil…) y afecta en mayor o menor medida a un amplio número de profesionales. El presente manual es un instrumento de enorme valor para todos ellos, dado que contiene de manera organizada y práctica toda la normativa sobre dicha materia. El autor, profesional con sobrada experiencia en este campo, recoge con infatigable rigor la extensa casuística, al tiempo que despeja las abundantes dudas suscitadas en este terreno y propone criterios de actuación eficaces y concretos.

Me parece sumamente interesante. La obra del Dr. Manuel Carpio González, y cols., “Manual de la incapacidad permanente., – Criterios prácticos para la valoración médica en España”, de Ed. Almuzara, 2007.

Manuel Carpio González ha consagrado su actividad profesional, desde hace ya más de dos décadas, a la valoración del daño corporal en su más amplio sentido y, de modo particular, en el terreno laboral. Especialista en Medicina del Trabajo por la Escuela Profesional de la Universidad de Granada, se trata de un nombre con sobrada experiencia, participante asiduo en los congresos y estudios más relevantes llevados a cabo en ese campo. Es asimismo Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Córdoba y Profesor Honorario de Medicina Legal y Toxicología en la citada institución académica.