JUEGO PATOLÓGICO Y ALCOHOL – 1

Como expone el Dr. Antonio Ferrández de la Cruz, en su Tesis Doctoral con el título: «Eficacia de un Tratamiento Psicológico Multicompetente de Aplicación Individual para Jugadores Patológicos de máquinas recreativas con premio». Bajo la dirección del Doctor Francisco J. Labrador Encinas, en la Facultad de Psicología del Departamento de Personalidad, Evolución y Tratamientos Psicológicos I. Universidad Complutense de Madrid.2010.

Así, en relación con:

– Juego y alcohol

Entre el alcohol y el juego existe una importante comorbilidad. Algunos estudios destacan que la incidencia del juego patológico es entre 8 y 10 veces superior en sujetos con abuso o dependencia del alcohol comparados con la población general (Lejoyeux y cols, 2000). Otros investigadores encontraron en una muestra de 50 alcohólicos que acudían al programa de tratamiento ambulatorio de Proyecto Hombre Navarra, que el
32% presenta problemas de juego clínicamente significativos (Landa; Fernández- Montalvo; López-Goñi; Castillo; Lorea, 2005).

En un reciente trabajo, con una muestra formada por 498 sujetos diagnosticados de juego patológico, se observó que el abuso y/o dependencia del alcohol era un factor predictor de la severidad del juego patológico (Jiménez, Granero, Álvarez, Aymamí, Gómez, Bueno, Martínez y Vallejo, 2007).

En muestras de jugadores también se han encontrado tasas importantes de consumo de alcohol y la idea de que practicar más de un juego problema se asocia con el consumo excesivo de alcohol (Aymamí et al., 1999). Estos autores encontraron un
68% de jugadores que refieren consumir alcohol de forma excesiva. En esta línea, Ibáñez et al. (2001) evidenciaron un 33% de problemas de alcohol en una muestra de 69 jugadores patológicos y Dannon et al. (2004) en una muestra de 44 jugadores patológicos observaron una comorbilidad con abuso de alcohol del 21%. Petry et al. (2005) informaban del abuso de alcohol como uno de los trastornos mentales comórbidos con el juego.

En un reciente trabajo (French et al., 2008), no se encontró ninguna asociación entre frecuente consumo de alcohol y juego, aunque esta asociación si aparecía en los participantes que cumplían los criterios de abuso o dependencia de alcohol.

La revisión expuesta pone en evidencia tanto la presencia del juego excesivo en la personas con consumo excesivo de alcohol como la presencia de consumo de alcohol entre el conjunto de jugadores patológicos, que estaría en consonancia con el modelo de influencia que diferentes autores defienden en el que describen cómo el juego puede conducir con facilidad al alcohol y el alcohol al juego (Rodríguez Martos, 1993; Bombín, 1996; Llinares y Lloret, 1999).

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