ALCOHOLISMO. Consumo de Riesgo

 

Se considera consumo de riesgo de alcohol aquel que supera los límites del consumo moderado (o prudente) y que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades, accidentes, lesiones o trastornos mentales o del comportamiento (Gunzerath y cols., 2004).

El consumo de riesgo ha sido definido como un consumo casi diario superior a 40gr de etanol al día (más de 4 UBEs – en varones-) y superior a 24 gr de etanol al día (más de 2 UBEs  – en mujeres-), equivalente a un consumo semanal superior a 21 UBEs para varones y a 14  UBEs para mujeres (Rehm y cols., 2004).

Estas medidas son puntos de corte extraídos de estudios epidemiológicos que comparaban el riesgo de sufrir problemas de salud con los consumos de alcohol relatados por las personas entrevistadas. Un consumo superior a 40 gr al día (en varones) doblaba su riesgo de padecer: enfermedades hepáticas (el 60% presentan alteraciones hepáticas al cabo de 10 años), hipertensión arterial, algunos cánceres y para sufrir una muerte violenta.  En mujeres, el consumo superior a 24 gr de etanol al día, aumenta el riesgo de padecer enfermedades hepáticas y cáncer de mama (Corrao y cols., 1999).

Sin embargo, algunos países como Australia proponen unos límites más restrictivos para un consumo de bajo riesgo de alcohol, limitado a 2 unidades de bebida estándar (20 gramos de alcohol) al día para hombres o mujeres adultos. Recomiendan además no tomar bebidas alcohólicas a los menores de 15 años, mujeres embarazadas, personas que hacen actividades de riesgo y personas que toman drogas ilegales. Consideran como personas de riesgo a los jóvenes, ancianos y personas que tienen antecedentes familiares de alcoholismo y recomiendan pedir consejo, al médico tratante, a las personas que toman medicamentos y a las que sufren algún trastorno médico o psiquiátrico que pudiera ser empeorado por el consumo de alcohol (National Health and Medical Research Council, 2007).

Beber hasta la embriaguez produce un efecto de deterioro de la capacidad de razonamiento, la toma de decisiones y la capacidad de auto-control del comportamiento. En tal estado, la persona presenta desinhibición de impulsos sexuales y agresivos que favorecen la aparición de discusiones, peleas, agresiones, relaciones sexuales no planificadas o abuso sexual, de los cuales puede ser tanto el agresor como la víctima. Además, el deterioro de la coordinación motora puede ser la causa de accidentes y lesiones (Del Río y cols., 2002), incluso por caídas en la calle, en el trabajo (Gómez y cols., 2002; Perea Ayuso y cols., 2004) o en el propio hogar.

El consumo ocasional de riesgo se produce cuando una persona hace un consumo concentrado de varias consumiciones alcohólicas en pocas horas. Se considera consumo ocasional de riesgo el que supera los 50 gramos de etanol por ocasión, para los hombres, o 40 gramos de etanol por ocasión, para las mujeres (World Healh Organization, 2002).

El consumo de riesgo de alcohol es motivo de gran preocupación sanitaria y social, dado que su prevalencia, mucho más elevada que la del alcoholismo, puede causar las mismas enfermedades médicas y psiquiátricas que el alcoholismo, lo cual supone un importante reto para la prevención de enfermedades médicas, trastornos mentales y del comportamiento, agresividad, violencia, suicidio y mayor vulnerabilidad hacia la dependencia de otras drogas.

 

FUENTE:  ALCOHOLISMO.  Guías Clínicas Basadas en la Evidencia Científica. SOCIDROGALCOHOL AUTORES: Dr. Josep Guardia Serecigni (Coordinador), Dr. Miguel Angel Jiménez-Arriero. Dr. Paco Pascual,  Dr. Gerardo Flórez, Sra. Montserrat Contel.

 

 

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