TRASTORNOS MENTALES Y TRATAMIENTO FARMACOLOGICO. Introducción

 

          La definición de la Organización Mundial de la Salud de uso racional de los medicamentos, formulada en 1985, hace hincapié en que “los pacientes reciban fármacos apropiados para sus necesidades clínicas, en dosis ajustadas a su situación particular, durante un período de tiempo adecuado y al mínimo costo posible para ellos y para la comunidad” (Organización Mundial de la Salud, 1985). Según esta definición el uso irracional de medicamentos puede referirse a la falta de acceso a los medicamentos esenciales o al uso inadecuado de los medicamentos que son accesibles y están disponibles.

          Según el Informe sobre la salud en el mundo 2001, se debe dar prioridad al acceso a los medicamentos esenciales. Los psicofármacos esenciales deben dispensarse y estar siempre disponibles en todos los niveles de la atención sanitaria. Estos fármacos deben figurar en la lista de medicamentos esenciales de cada país y deben estar disponibles, en la medida de lo posible. En algunos países puede ser necesario modificar la legislación con ese fin. Estos medicamentos pueden paliar síntomas, reducir la discapacidad, acortar la evolución de muchos trastornos y prevenir las recaídas. A menudo constituyen el tratamiento de primera línea, sobre todo en situaciones en las que no puede recurrirse a intervenciones psicosociales ni a profesionales altamente capacitados.

 

          Por otro lado, se debe mejorar no solo el acceso sino también el uso adecuado de medicamentos para trastornos mentales. En el uso influyen varios factores: falta de conocimiento suficiente acerca de su prescripción y utilización, factores económicos y culturales, creencias arraigadas en las comunidades, comunicación deficiente entre las personas que prescriben y los pacientes, y escaso cumplimiento de la correcta prescripción terapéutica. En consecuencia, las estrategias para promover el uso más adecuado de los medicamentos tienen que tener en cuenta a los que prescriben los medicamentos (médicos, enfermeras y otro personal sanitario), a los que dispensan los medicamentos (farmacéuticos de la comunidad y hospitalarios) y a los que consumen los medicamentos o supervisan su correcta administración (pacientes, cuidadores, miembros de la familia) (Organización Mundial de la Salud, 2005).

FUENTE:  Organización Panamericana de la Salud “Tratamiento farmacológico de los trastornos mentales en la atención primaria de salud” Washington, D.C.: OPS, © 2010.

 

 

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